RADIOGRAFÍA DEL EMPLEO Y LA DESIGUALDAD EN MAR DEL PLATA
- Argentina y el Mundo
- 24 mar 2018
- 7 Min. de lectura
El empleo es sin dudas el gran ordenador de la vida social. A través del trabajo, no sólo generamos los recursos que nos permiten subsistir sino que también nos desarrollamos profesionalmente, adquirimos y perfeccionamos habilidades cognitivas y/o manuales, establecemos relaciones interpersonales; en definitiva, aprendemos y crecemos tanto en el plano individual como colectivo.

En este marco, la falta de empleo atenta contra la dignidad de las personas, las posibilidades de progreso y el acceso a derechos básicos como la vivienda y la alimentación. Por ello, el flagelo del desempleo cobra especial relevancia por su estrecho vínculo con la reproducción de la pobreza y las desigualdades sociales.
En tiempos de ajuste, el desempleo vuelve a convertirse en una preocupación constante para muchos argentinos y uno de los mayores problemas que tenemos que resolver como sociedad.
En nuestro país, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) correspondientes al tercer trimestre del 2017[1], la tasa de desempleo registrada en los 31 aglomerados urbanos fue del 8,3%, lo que equivale a 1.058.000 personas.
Sin embargo, teniendo en cuenta que hay un 10,8% de subocupación (1.380.000 personas), observamos que en los 31 aglomerados urbanos relevados por el INDEC, hay unas 2.438.000 personas con problemas de empleo.
La estructura ocupacional de Mar del Plata.
El nivel de actividad en el aglomerado de Mar del Plata[2], calculado como porcentaje entre la población económicamente activa y la población total, es similar al promedio nacional: mientras que a nivel nacional la tasa de actividad es del 46,3%, en Mar del Plata, esa cifra es 46,2%.
El nivel de empleo, calculado como porcentaje entre la población ocupada y la población total, también es similar en términos relativos al promedio de las jurisdicciones relevadas por la EPH del Indec. Ello se refleja en una tasa de empleo del 42,1% mientras a nivel nacional la misma es del 42,4%.
De esta forma, según los datos del INDEC, la población económicamente activa (PEA)[3] en Mar del Plata es de 291.000 personas al tercer trimestre de 2017, de las cuales 265.000 están ocupadas.
La desocupación en la Mar del Plata alcanza así al 9% de la PEA, lo que equivale a 26.000 desocupados.
Pero la “presión laboral” sobre la PEA no se agota en la estadística de desempleo, ya que los desocupados no son los únicos que demandan un empleo. En este sentido, un 21,8% de los ocupados (63.000 personas) aún demandan empleo. Además, la subocupación[4], indicador que expresa las limitaciones de la fuerza laboral para concretar el pleno acceso a un empleo, afecta actualmente al 15% de la PEA, que expresado en términos poblacionales implica un total de 44.000 personas subocupadas (la subocupación demandante es del 9,2% y la no demandante es del 5,8%).
Ambos guarismos son muy superiores al promedio nacional, que es de un 15,4% en ocupación demandante y un 10,8% en subocupación.
De esta forma, queda en evidencia que los problemas del mercado laboral en Mar del Plata van más allá de las duras cifras del desempleo. Así, entre los subocupados y los desocupados, podemos decir que hay 70.000 marplatenses con problemas de empleo.
El desempleo en Mar del Plata.
Lamentablemente, la ciudad de Mar del Plata, es desde hace años uno de los centros urbanos con mayor desempleo del país.
De acuerdo a los datos del INDEC correspondientes al tercer trimestre de 2017, Mar del Plata es, detrás de los partidos del Gran Buenos Aires (10,3%) y Gran Córdoba (9,1%), y junto al Gran San Juan, el tercer distrito con mayor desempleo del país, con un 9,0% de desocupación abierta (unas 26.000 personas)
Cuadro Nº 1 – Comparación del desempleo en Mar del Plata y otros aglomerados urbanos.

Fuente: EPH INDEC, tercer trimestre de 2017
Si bien es cierto que se registró una leve mejora en relación a la medición correspondiente al segundo trimestre del 2017 (11,9%), y al mismo período del 2016 (12,1%), como demuestra el informe sociolaboral de General Pueyrredón elaborado por el Grupo de Estudios del Trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Mar del Plata[1], dicho descenso no necesariamente representa una reactivación en el mercado de trabajo.
Para el Grupo de Estudios del Trabajo de la Universidad de Mar del Plata ello se debe a que durante 2017 hubo un aumento en la participación de las mujeres en el mercado de trabajo, plasmado durante el tercer trimestre en un marcado descenso de la tasa de desocupación de las mujeres, que pasó del 14,4% al 7,7%.
Se trata de un fenómeno que se suele registrar –en distintos países- en tiempos de crisis, donde la mujer tiene una participación contracíclica en el mercado de trabajo, a fin de complementar la caída de los ingresos del hogar. Además, debe decirse que esta participación se da por lo general en empleos precarios e informales.
Por otra parte, con un 15% de subocupación la ciudad se ubica nuevamente como el aglomerado con la mayor tasa de subocupación horaria del país. A nivel nacional, según los datos del INDEC para el tercer trimestre de 2017, este guarismo se incrementó en forma interanual levemente del 10,2% al 10,8%. En cambio, en Mar del Plata creció́ del 13,4% al 15,0%.
Según el relevamiento del Grupo de Estudios del Trabajo, ésta cifra de subocupación en un tercer trimestre no se registraba desde el período 2003-2005, momento en que Argentina se encontraba saliendo de una de las peores crisis económico-sociales de su historia.
Cuadro Nº 2 – Comparación de la subocupación en Mar del Plata
y otros aglomerados urbanos.

Fuente: EPH INDEC, tercer trimestre de 2017.
Sin embargo, como ya se dijo, la búsqueda de empleo involucra a más personas que los desocupados y los subocupados demandantes. En rigor, el INDEC releva también la tasa de ocupados demandantes de empleo, que incluye a todos los trabajadores que buscan un empleo (ya sea adicional o para cambiarlo) como proporción de la PEA.
Una vez más, con 21,8% de ocupación demandante, Mar del Plata se encuentra entre los aglomerados urbanos con guarismos más altos, siendo sólo superada en este plano por el aglomerado de Jujuy-Palpalá. Además, se observa que en el relevamiento del INDEC para el tercer trimestre de 2017, el porcentaje se incrementó unos 2,3 puntos porcentuales más que en el tercer trimestre de 2016.
Cuadro Nº 3 – Comparación de la ocupación demandante en Mar del Plata y otros aglomerados urbanos

Fuente: EPH INDEC, tercer trimestre de 2017.
La informalidad y el trabajo “en negro”.
Otro dato sin dudas preocupante que se desprende del informe sociolaboral del Grupo de Estudios del Trabajo de la Universidad de Mar del Plata, tiene que ver con el alto porcentaje de trabajo “en negro”.
En rigor, el porcentaje de asalariados dentro del total de ocupados está en los niveles más bajos de los últimos tiempos. En el tercer trimestre de 2017, tan sólo el 69,1% (183.000 personas) se encuentra trabajando en relación de dependencia, lo que tiene como contrapartida un aumento del cuentapropismo y otras variantes del mundo de la informalidad laboral.
Pero, además, el 37,8% de ese grupo de trabajadores en relación de dependencia (es decir, 69.200 personas) lo hace en empleos no registrados, es decir, que también está en la informalidad.
Trabajo, ingresos y desigualdades sociales
Los principios de “retribución justa” y de “igual remuneración ante igual tarea” son preceptos reconocidos por la Constitución Nacional (art. 14 bis), la Ley de Contrato de Trabajo Nº 20.744 e instrumentos del derecho internacional. No obstante este reconocimiento normativo, los niveles de ingreso de los trabajadores varían en la realidad por diversos factores, como ser, los diferenciales de productividad del trabajo, la formación del trabajador, los escalafones laborales, los mecanismos de negociación colectiva, las desigualdades de género, y las desigualdades sociales.
Los ingresos laborales representan sin lugar a dudas un componente fundamental de los ingresos de los hogares, por lo que una de las principales preocupaciones de los trabajadores es alcanzar un ingreso suficiente para cubrir sus necesidades y las de su familia. Lo usual en los mercados de trabajo precarizados es que los trabajadores reciban retribuciones insuficientes, lo que atenta contra el bienestar de los trabajadores y su familia, y genera una desigualdad en la distribución del producto generado por la comunidad.
En este marco, resulta sumamente preocupante la caída del salario real promedio del 18% registrada en Mar Del Plata entre el segundo trimestre de 2015 y el mismo período de 2017[1], una tendencia que por cierto se registra a nivel nacional (14%).
Los problemas evidenciados en materia de empleo y la caída del salario real de los trabajadores en Argentina tiene su correlato en un deterioro de la distribución del ingreso. Ello se refleja en un incremento del coeficiente de Gini, el cual pasó de 0,406 a 0,425 para el total del país entre el segundo trimestre de 2015 y el mismo período de 2017. Para el aglomerado Mar del Plata el incremento del coeficiente de Gini en el mismo período fue aun mayor, pasando de 0,385 a 0,414[2], lo que indica un deterioro aun más profundo en la distribución del ingreso.
Por último, según los últimos datos disponibles del INDEC (primer semestre de 2017)[3], en Mar del Plata el 23,8% de la población está debajo de la línea de la pobreza, lo que equivale a 148.962 ciudadanos en tal situación.
Oportunidades y desafíos para la generación de empleo genuino
Mar del Plata es sin dudas una ciudad con grandes potencialidades, ya sea por su cultura emprendedora, sus universidades, sus PyMES, su parque industrial o el puerto.
Sin embargo, cuando se observa la dolorosa realidad en materia de empleo, es evidente que todavía Mar del Plata no ha encontrado la manera de articular estas oportunidades y potencialidades en un proyecto estratégico de ciudad inclusiva y sustentable.
Las estadísticas de desempleo, subocupación e informalidad laboral nos ponen a los marplatenses frente al desafío de repensar el perfil y la matriz productiva de nuestra ciudad.
Para crear puestos de trabajo genuinos y de calidad es imprescindible planificar. Necesitamos que el sector público y privado local trabajen en conjunto para dinamizar la producción, promover la radicación de más industrias, complementando la actividad primaria con el agregado de valor, avanzando hacia un puerto multimodal, apoyando decididamente a las MIPyMES , trabajando en la prestación de servicios de calidad, e impulsando con inversiones y apuesta a la capacitación en el incipiente pero no menos pujante sector tecnológico y de software.
Mar del Plata tiene un enorme potencial desaprovechado. Es tiempo de convertir las potencialidades en oportunidades reales, las ventajas comparativas en ventajas competitivas.
Y para ello, necesitamos volver a planificar el futuro de Mar del Plata, pensar y consensuar un nuevo perfil de Ciudad al servicio de la calidad de vida y la garantía de derechos vinculados al empleo y la superación de las desigualdades sociales.
Informe los 1ros días del año 2018, por Rodolfo Iriart - Diputado Provincial
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