Un mes sin José Luis Campo
- Mar del Plata - Argentina
- 5 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Carta de Betiana Basualdo, nadadora y medallista paralímpica. Desde su retiro trabajó codo a codo con José Luis en el desarrollo y promoción del deporte paralímpico. Es psicóloga y trabaja en el Ente Municipal de Deportes y Recreación.

José Luis! Hoy se cumple el primer mes de tu viaje sin retorno, me piden que escriba sobre vos. No sé por dónde comenzar y tampoco qué escribir. Aunque hablamos muchas veces sobre la ceremonia de tu partida, nunca imaginé que ese día llegaría tan pronto. Me formaste como persona, deportista y profesional; me diste enseñanzas e indicaciones hasta minutos antes de tomar tu vuelo eterno pero te olvidaste de decirme que te estabas yendo para no volver.
Vos te definías como una persona autista; decías: “yo soy medio autista”. Sí, tenías una forma particular de vincularte pero estoy convencida que era consecuencia de tu gran sensibilidad emocional.
Fuiste prestigioso en los cargos ejecutivos del IPC (Comité Paralímpico Internacional) y en tu última etapa como Presidente del APC (Comité Paralímpico de las América). Al mismo tiempo, eras felíz al retomar el rol de técnico en el deporte que se te requería; con gran respeto asistías en el baño a personas con discapacidad severa. En una jornada de promoción de deporte paralímpico una nena de tres años te miró a los ojos y te extendió sus bracitos: la miraste, le extendiste tus brazos y al alzarla dijiste. “lo importante de la vida es esto”. Casi quedás detenido por darle a una persona cuadripléjica su primer clase de manejo, después del accidente que le dejó con una lesión física permanente.
Si hablabas de Bernardo, Manuel y Josefina, tus hijos, te emocionabas, transmitías respeto, admiración y amor desde el alma. Y si te referías a Sonia, tu esposa, además de transmitir respeto, admiración y amor, te brillaban los ojos y tu piel se tornaba colorada.
Como hemos conversado de la connotación de lo que describí, me atrevo a redactarlo, sabiendo que si te lo decía públicamente te pondrías nervioso por la vergüenza que te generaba, como característica de tu gran humildad.
Escucho hablar de tu legado y me cuesta entender de qué están hablando. Entonces me pregunto: ¿por qué se complejiza la naturaleza y simplicidad de tus acciones? Si tu mensaje fue claro: generar la igualdad, potenciar la determinación, valorar la inspiración y admirar el coraje en uno mismo y en el otro.
Aunque ya no te veo físicamente, no recibo tus emails ni tus WhatsApp te siento día a día en un cosquilleo en el pecho como expresión de extrañarte o recordarte.
JOSE LUIS me es difícil despedirte, me será imposible olvidarte pero ME EMOCIONA RECORDARTE.
Tu Ruta Mi Ruta!!!
Agradecemos al Emder por compartir esta carta tan emotiva, todos extrañamos a esta gran persona.
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