El espectáculo de luto: a los 59 años murió el actor Pablo Cedrón
- Espectáculo
- 2 nov 2017
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El artista tenía 59 años, venía luchando con una enfermedad desde hacía ya varios meses. Prolífico y multifacético, tuvo destacadas actuaciones tanto en cine
como en teatro y televisión.

El próximo 7 de enero iba a cumplir apenas 60 años. Sin embargo, la muerte sorprendió hoy a Pablo Cedrón (59), el notable actor protagonista de El movimiento, Aballay, El invierno, El aura y El otro hermano, entre otros recordados films.
La triste noticia fue confirmada a través de la Asociación Argentina de Actores. Cedrón luchaba contra una enfermedad desde hacía varios meses y se encontraba internado en el sanatorio de La Providencia.
El actor comenzó su carrera trabajando en películas menores, y llegó a formar parte de De la cabeza, el programa humorístico liderado por Alfredo Casero, donde colaboró en guiones de los sketchs y también actuó. En este programa, que luego pasó a ser Cha Cha Cha, creó uno de sus más recordados personajes, el sexólogo Nelson Gómez, paraguayo y de vocabulario poco profesional, que respondía las preguntas del público a través de la conductora de un programa femenino de poca monta.
Tal fue la repercusión del personaje que Nicolás Repetto, productor de aquel ciclo, lo llevó consigo a Nico, donde se lució con ese y otros personajes como El Fiscal o el Tanguerodel Playback.
Sin embargo, su carrera no se limitó solo al humor, ya que también fue parte de ficciones, como la clásica telenovela de Canal 9 90-60-90 Modelos. También participó en otras producciones de Pol-ka para El Trece, entre las que se encuentran Verdad consecuencia, Campeones, Sin código y Mujeres asesinas, entre otras.
En la pantalla grande, tuvo un desempeño importante, con protagónicos en grandes producciones como Felicidades, Cabeza de tigre, El viento y especialmente la exitosa y premiada El aura.
Durante el 2006 compuso a Falucho, uno de los personajes antagónicos de Sos mi vida, que le permitió cosechar fanáticos alrededor del mundo por su particular manera de hablar, actuar y de estafar.

De su personaje pueden destacarse cientos de frases célebres, muchas surgidas de su propia impronta (rasgo distintivo en él) y no del guion original de la tira.
Hizo una participación especial en la exitosa telenovela Malparida, como otro villano, el papá de Renata (Juana Viale), quien luego lo asesina, y en 2012 un personaje llamado Damasio en la exitosa novela Sos mi hombre. En tanto, su última aparición televisiva fue nada menos que en Historia de un clan, la multipremiada ficción sobre el clan Puccio.
Además, Cedrón incursionó también como autor teatral, ya que en 2007 escribió, dirigió y actuó en la obra teatral Jamel, teatro sin animales junto a Marcelo Mazzarello y Carlos Belloso; y también fue el autor de El Caso Pignataro – Sánchez, una parodia sobre boxeadores que fue dirigida por Tony Lestingi y donde compartió escenario con Carlos Nieto.

En cuanto a lo personal, en 1999 se casó con Valentina Bruzzone y a comienzos de los 90 tuvo a su único hijo, Santiago Aquiles Cedrón.
Con una historia de vida fuerte y que la supo llevar.
Esa sabiduría callejera que lo diferenciaba de tantos otros actores la había adquirido en sus primeros 30 años. A los 12 años ya trabajaba de albañil y, apenas unos años después, cocinaba en restaurantes y se movía como experto en aserraderos. Hasta fue guía de turismo en montañas, en el Parque Nacional Los Glaciares. "Me seducen las situaciones adversas, soy amante de las causas perdidas", admitía Pablo Cedrón, tímido, en sus primeras entrevistas, cuando el programa de Nicolás Repetto lo lanzaba hacia "los perros salvajes de la fama".
Para hablar de su pasado usaba insistentemente la palabra "malaria". Y es que "la soledad y el hambre" habían sido protagonistas de su historia de vida. Sobrino del músico Tata Cedrón e hijo de un escultor y pintor que vivía en Portugal, la dictadura militar había obligado a la familia al exilio. "De chico tuve que acostumbrarme a laburar de lo que fuera, porque en casa no había un mango", confesaba. "Yo conocí la soledad y el hambre. Por mucho tiempo no tuve vínculo con mi padre. Del albañil infantil que fui creo que saqué algunos giros de los paraguayos que después utilicé en el personaje del sexólogo. Y en Europa hice de todo: repartía volantes, limpiaba, vendía los discos de mi tío, cuidé chicos. Estuve muchos años en Francia.Como no tenía parientes pudientes, me tenía que arreglar solo".
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